1.
Análisis del riesgo asignado:
El riesgo asignado es
el de “contenidos inadecuados”, es decir, el riesgo existente en la Red de que
los alumnos (menores de edad) encuentren contenidos, informaciones o productos no
aptos para su edad y nivel de desarrollo intelectual.
El motivo del
planteamiento de este tema por parte de los profesores de la asignatura de
Aplicaciones Sociales de las TIC a los alumnos de este grupo de prácticas está
constituido por la presencia de una noticia relativamente actual (2009), la
cual decía literalmente: “Suben a Youtube cientos de vídeos pornográficos. El
material fue subido bajo el nombre de JonasBrothers o Hannah Montana”.
El porno llega hoy a la vida de los niños cuando están aún en Primaria y
la cantidad de material recibido va aumentando con la edad hasta la
adolescencia. La mayoría de las veces los niños se topan con la pornografía por
casualidad o porque les saltan anuncios, más que porque van ellos a buscarla
deliberadamente.
Sin embargo, los niños
no saben qué está bien y qué no, por tanto, somos los adultos, y en especial
los educadores, quienes tenemos que enseñarles las maneras correctas de usar
Internet, orientando sus hábitos hacia prácticas educativas o de ocio apropiado
para su edad.
En la actualidad,
existen programas antivirus que poseen filtros de control parental que, en
cierto modo, posibilitan a padres y educadores evitar que los niños accedan a
contenidos potencialmente nocivos para ellos. No obstante, esos programas
resultan totalmente inefectivos en los casos de vandalismo digital en los que
se presentan contenidos bajo nombres aparentemente inocuos (Hannah Montana es
un personaje infantil conocido por los escolares). En esos casos, los alumnos
pueden tener acceso a ciertos contenidos que no son aptos para su edad y que
pueden corromper sus hábitos de estudio y de conducta, puesto que todavía no
poseen el desarrollo intelectual necesario para discernir qué tipos de
contenidos son apropiados para ellos y cuáles están pensados para un público
adulto y con capacidad para consumirlos de forma responsable.
Por todo esto, se hace
imprescindible el desarrollo de dinámicas de aula que propicien el adecuado
tratamiento de este tipo de contenidos y adviertan de los peligros que su
presencia conlleva para los escolares.
Tanto los alumnos como
sus padres, han de ser conscientes de los peligros de la Red, puesto que ese
conocimiento les llevará a saber actuar en los casos en los que esos riesgos se
hagan patentes.
Nuestro deber como
docentes en la etapa de Educación Primaria es el de educar a nuestros alumnos
con la perspectiva de su presente y futura adaptación al medio en el que viven,
a la sociedad en la que se desenvuelven, y el mundo digital forma parte de esa
sociedad, por tanto, también es deber del docente acercar a sus alumnos a los
conocimientos que les permitan hacer un uso responsable de todas las
herramientas y recursos que se ponen ante ellos a través del ordenador. Cerrar
los ojos ante esta realidad es negar nuestro deber como educadores y dejar sin
cubrir una parte muy importante y creciente dentro de la vida cotidiana de los
escolares: su relación con Internet y los medios digitales.
2.
Dinámica de aula:
En relación a lo dispuesto en el apartado anterior, la dinámica de aula
va a consistir en charlas informativas para prevenir los riesgos en la Red.
Está pensada para alumnos de segundo ciclo de Primaria y sus familias.
En primer lugar, se haría una charla con los padres para informar sobre
estos riesgos que existen en la Red, nunca para que le cojan miedo y vean el
ordenador como algo endemoniado, sino para orientarles en el uso más adecuado
posible del mismo. Para ello se
recomendará a los padres el uso de un antivirus o programa informático de
control de contenido nocivo. También se les hará conocedores de que poniendo en
Internet, en imágenes, por ejemplo Barbie, pueden salir chicas desnudas, por
ello deberán evitar la reprimenda hacia sus hijos, debiendo denunciar dicha
página por ejemplo a la Guardia Civil, así como, ante la asociación
protégeles.com. Se les aconsejará que el ordenador de casa esté colocado en un
lugar de paso, de manera que la pantalla siempre esté visible, o que revisen de
vez en cuando el historial de navegación o revisen los contenidos que descargan,
para controlar, en cierto modo, dónde se meten sus hijos.
Ruiz Del Árbol, Maruxa (2013) en EL PAIS, dice que “la
única manera de lidiar con la desinformación sexual que ofrece el porno es
contraatacando con información de calidad desde las aulas”. Por ello, creemos
necesario tratar ciertos temas clave con los niños, como pueden ser el
consentimiento, género, imagen corporal…, que podrían ser introducidos de
manera apropiada para cada edad. Por tanto, la segunda parte de la dinámica
consiste también en una charla, esta vez a los propios alumnos, por ejemplo a
través de una campaña de sensibilización impartida por parte de la escuela, la
comunidad o personal correspondiente.
Pero los contenidos inadecuados también incluyen otro tipo de hechos,
por ejemplo juegos de guerra a los que los niños pueden acceder fácilmente. Por
ello hemos pensado otra actividad que se puede llevar a cabo con padres e hijos
a la vez, que consiste en que se van a comentar una serie de imágenes que, en
teoría, son totalmente inocentes, incluso infantiles. Debido a la participación
de los padres, la actividad se puede considerar como especial y se podrá realizar
en horario distinto al horario habitual de clase, es decir, podrá llevarse a
cabo por la tarde o en sábado, con el objetivo de que la mayor parte de los
padres puedan acudir a la cita.
En un proyector o
mediante impresiones en papel, se presentarán estas imágenes, por ejemplo:
Se pedirá a los alumnos
que compartan con todos las impresiones que les suscita cada foto siendo
posibles respuestas como las siguientes:
“Yo tengo un muñeco
parecido a ese y me gusta mucho”.
“Yo quiero ser tan
guapa como esa muñeca”.
“Mi juguete favorito
son las metralletas como esa de la foto”.
Ante las opiniones
expresadas por sus hijos, los padres aportarán su propia visión de cada imagen,
estando ésta más ubicada en la perspectiva adulta. Un ejemplo de opiniones de
los padres pueden ser las que den respuesta o réplica a las anteriores
expresadas por los niños:
“Hijo, ese muñeco te
gusta mucho, pero tiene un traje militar, lo que quiere decir que representa a
una persona que hace la guerra y, ¿sabes lo que pasa en las guerras?, ¿sabes
cuántos niños mueren en ellas?, ¿te sigue gustando igual el muñeco?
“Hija, ¿te has dado
cuenta de que esa muñeca va maquillada como una persona mayor?, ¿es que quieres
dejar de ser una niña y dejar de jugar para ponerte a hacer cosas de mayores,
como por ejemplo, maquillarte?, ¿también quieres ir con poca ropa por la
calle?, ¿no crees que esas cosas las hacen las personas mayores y siempre de
una forma responsable?
“Hijo, está bien jugar,
pero tienes que ser consciente de que los juguetes a veces representan objetos
que hacen mucho daño a las personas y las metralletas son de esos objetos.
Matan a las personas y con ellas se puede hacer mucho daño”.
La actividad se puede
continuar con muchas más imágenes y con el intercambio de muchas más opiniones.
El objetivo es que los
padres se acerquen a contenidos que sus hijos ven como inocentes y que pueden
pervertir su desarrollo. En este caso, una muñeca Barbie o una metralleta de
juguete no tienen por qué influir negativamente en los escolares, sin embargo,
en Internet pueden esconderse muchos contenidos nocivos bajo estos nombres, en
apariencia inocuos, y los padres son los primeros que tienen que ser
conscientes de eso e intentar que sus hijos desarrollen un espíritu crítico que
les permita discernir lo que es adecuado para ellos y lo que no.
Además, los niños deben
saber que muchas cosas, aparentemente inocentes, pueden llevar implícito un
mensaje nocivo para su educación y su correcto desarrollo. Se les debe iniciar
en un “consumo responsable”, de manera que no jueguen de manera descontrolada a
juegos inapropiados o vean imágenes inadecuadas. La finalidad es desarrollar en
ellos un espíritu crítico y un consumo responsable de todos los productos y
servicios que se presentan ante ellos y que se presentarán en su vida futura,
como adultos, pero empezando desde su mundo más cercano, sus juguetes e
imágenes familiares para ellos. Todo esto sólo es posible si docentes y padres
aúnan sus fuerzas para educar a los niños orientándolos hacia contenidos
apropiados para su edad y enseñándoles, desde corta edad, a discernir los
riesgos de todos los productos e imágenes que se presentan ante sus ojos,
incluidos los contenidos digitales, y la manera de hacer un consumo responsable
de esos contenidos, siendo conscientes de los peligros que pueden conllevar,
para no caer en ellos.
Bibliografía:
Grupo
de prácticas formado por:
Antonio García Amante,
Irene García Pineda, Carmen Molina Fernández y Micaela Rivero Coizma.
Universidad de
Murcia.Facultad de Educación. Grado en Educación Primaria. Mención en Recursos
para la Escuela y el Tiempo Libre. Año 2013 – 2014.